lunes, 23 de septiembre de 2013

Coartadas

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
                      Coartadas
                                         Francisco Chaves Guzmán

            Cuando comenzó 2088 la situación era de auténtica ruina. Ningún servicio funcionaba, el derrumbe del imperio globalizador se anunciaba en las esquinas y los poderosos no tenían más objetivo que quitarse el muerto de encima. Tal vez por ello, ese fue el año de las coartadas.

            Observar como danzaba la patata caliente en su interminable viaje, de mano en mano, hubiera constituido un apasionante espectáculo circense para cualquier observador desapasionado. Pero nadie osaba acercarse a la carpa del circo, porque los malabaristas estaban nerviosos y la patata, tras dibujar una curva imposible, quemar las manos de cualquiera que careciese de la necesaria habilidad para catapultarla de nuevo.

            Así, las reuniones del Consejo de Ministros se convirtieron en una jaula de grillos donde las palabras traidor y enemigo, perdido ya su significado real, se habían convertido en meros insultos descalificadores. El ministro de Asuntos Morales descargó toda la responsabilidad en la falsa veleidad erótica del ministro de Asuntos Internos. Éste, acalorado, traspasó los trapos sucios a cuenta de la improbable tolerancia del titular de Asuntos Prohibidos. Quien, fuera de sí mismo, acusó de inculto al recién nombrado de Educación y Propaganda. Un círculo infernal
.
            Para, como solución de emergencia, ponerse al final de acuerdo en culpar del desaguisado a quienes, en su día, fueron pilares del régimen globalizador. A los astrólogos, por no haber interpretado con claridad las señales de las estrellas. A los sátrapas de las provincias, por no haber sabido involucrar a sus habitantes en las tradiciones autóctonas, semilleros auténticos de cohesión política. A policías y tertulianos, por no inculcar en los jóvenes el respeto a la sabiduría. A los mafiosos, por olvidar en qué consistía su misión dentro del entramado social. A los payasos del circo, por no entretener a la gente.

            No sirvió de nada. Al terminar 2088 la patata caliente continuaba dibujando cabriolas, de mano en mano, y no aparecía el chivo expiatorio definitivo.

Ciudad H7Q22         Enero de 2101

Publicado en Diario Lanza el 23 de Agosto de 2013  

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