lunes, 19 de mayo de 2014

Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas


ESPIRALES ELÍPTICAS
        Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas
                                                         Francisco Chaves Guzmán

            Hasta hace pocos años, Marvin Harris ha sido referencia fundamental sobre Antropología en el mundo universitario. Fundador del Materialismo Cultural y estudioso de la filosofía de los métodos de investigación antropológica, su pensamiento constituye, por ahora, el más reciente logro en las ciencias sociales. Sin embargo, el triunfo de la revolución conservadora y de la revolución puritana, en su soterrado avance hacia la negación de la dignidad y de la libertad, ha propiciado, como daño colateral, que Universidades de todo el mundo hayan cambiado de paradigma científico y las políticamente incorrectas teorías de Marvin Harris, dada la situación actual, hayan sido arrumbadas. No para sustituirlas por otras más brillantes y novedosas, sino para volver al paradigma estructuralista.
 
 
            La diferencia entre ambos atañe a los fundamentos de la ciencia. El Estructuralismo pretende analizar de forma sincrónica las poblaciones para darnos una foto fija. El Materialismo Cultural pretende, a través del estudio diacrónico de las poblaciones, establecer las formas en que evolucionan las sociedades humanas y hacer predicciones acertadas. Lo que constituye el auténtico objetivo de la ciencia.
            La obra de Marvin Harris tiene tres vertientes distintas. Por una parte se encuentran los estudios teóricos que avalan su método de investigación, como es el caso de “El Desarrollo de la Teoría Antropológica”. Por otra parte, están sus libros de texto, como “Introducción a la Antropología General”, que han tenido que asimilar millones de estudiantes de los cinco continentes. Y luego están los libros divulgativos, que acercan al lector indagador a los secretos ocultos bajo ciertas formas de conducta.
            A este último tipo de publicaciones corresponde “Vacas, Cerdos, Guerras y Brujas”, en cuyas páginas, a la luz de la antropología científica, quedan aclaradas cuestiones que parecían no tener solución lógica. ¿Captan los guerreros las causas de las batallas? ¿Para qué sirve la prohibición de la carne de cerdo? ¿Quién se beneficia de que sea intocable la vaca? ¿Están las brujas al servicio de los que mandan o de los que obedecen? A estas y otras muchas preguntas se responde en este libro, que, gracias a que el autor todavía no ha sido prohibido, puede encontrarse en bibliotecas físicas y virtuales, así como en algunas librerías cuyos regentes están al servicio de la ciencia y de la cultura.
           
Publicado en Diario Lanza el 19 de Mayo de 2014
  
 
 

lunes, 12 de mayo de 2014

Todo por un sueño


ESPIRALES ELÍPTICAS
                 Todo Por Un Sueño
                                                                    Francisco Chaves Guzmán

            Si Gus Van Sant es un admirado cineasta a nivel mundial, con una extensa filmografía a sus espaldas, creo que se debe a la inmensa facilidad que tiene para conjugar el cine de acción con el estudio psicológico de sus personajes, incorporando a cada una de sus películas elementos sorprendentes para el desenlace de las mismas.
            El ver recientemente, veinte años después de su rodaje, la asombrosa “Todo Por Un Sueño” me afirma en mi opinión de que Van Sant es uno de los cineastas más sutiles y líricos de la actualidad. La trama es muy sencilla: una jovencita de sinuosa mente y sinuosas caderas, que tiene el sueño de convertirse en estrella de la televisión, no duda en llegar al adulterio y al asesinato para conseguir su objetivo. Todo ello sazonado con un ritmo vigoroso de manipulaciones, mafias y sexo explícito. Hasta ahí, el nivel elemental para todo espectador primario. Pero hay un segundo nivel más sofisticado y esclarecedor.
 

            Esta es la forma de análisis de la realidad social que aparece en todo su cine, presentando un envoltorio muy atractivo, que produzca una descarga de adrenalina en el espectador, para mejor encajar su pensamiento inconformista, de una gran incorrección en los terrenos de la política y la moral. Así, en “Mala Noche”, la prostitución no es consecuencia de la violencia ni de la degeneración, sino del amor imposible y del hambre. En “Elephant” pone al descubierto las inconfesables motivaciones de los muchachos que perpetraron la matanza en el instituto Columbine. En “Mi Idaho Privado” saca a la luz las terribles consecuencias que producen en los auténticos marginados los jóvenes burgueses que, con las espaldas bien cubiertas, juegan a la marginación. En “Harvey Milk” muestra los límites que se ponen a la disconformidad en las democracias avanzadas. En “Will Hunting” aparecen las graves problemas que a veces deben afrontar los jóvenes que tienen la suerte y la desgracia de ser superdotados, incluso el de pasar por tontos.
            Y, naturalmente, en “Todo Por Un Sueño” resulta que la asesina y sus tres compinches no son el paradigma de la maldad, sino el de la imbecilidad, pues hace falta ser unos auténticos patanes para creer las historias que les cuentan y que se cuentan a sí mismos. En definitiva, a Gus Van Sant le preocupa la juventud idiotizada, a la que no perdona su conformismo, su acriticismo y su indolencia. 
 
Publicado en Diario Lanza el 12 de Mayo de 2014