martes, 15 de diciembre de 2009

Francisco Martín Casado, Comunicador de Emociones


ESPIRALES ELÍPTICAS
                   Comunicador de Emociones
                                                         Por: Francisco Chaves Guzmán

     Dice Paco Martín Casado encontrarse en imperecedera deuda con el paisaje manchego. Con las inmensas profundidades de su llanura. Con su infinita paleta de amarillos, ocres y rojos. Confiesa que este paisaje, que tantas dificultades y trampas tiende al pintor, le ha servido a él como acicate, como estímulo para su esfuerzo en el continuo aprendizaje.


     Los viajes por Europa, las visitas a sus colegas pintores portugueses y franceses, el contacto con realidades estéticas de diferente armonía han constituido en complemento ideal. Complemento necesario para afianzarse en su propia noción pictórica y también para la comprensión de inquietudes distintas y de presupuestos técnicos en principio alejados de lo que fueron sus primeros pasos.
     Sus primeros pasos, lentos y a tientas, como correspondía a un niño autodidacta que a sus catorce años, con un cuaderno de dibujo sobre las rodillas, hacía retratos a carboncillo de los amigos y vecinos. Luego, con la vocación artística ya instalada de manera indeleble, tuvo en la Escuela de Artes y Oficios dos profesores, Antonio López Torres y Jerónimo López Salazar, que moldearon y dirigieron esa vocación hacia caminos de entusiasmo y perfeccionamiento.

    
     Pero cincuenta años después, fiel a sí mismo, Paco Martín Casado continúa desarrollando nuevos conceptos cuya búsqueda le ha permitido una reedición personal, un afianzamiento, que le faculta para avanzar decididamente en el escalafón artístico. Es ahí donde se instala el homenaje que le dedicó la Diputación Provincial de Ciudad Real, un reconocimiento público a su trayectoria, en forma de libro, que lleva por título “Martín Casado. 50 Años de Pintura”. Su obra también figura, elogiosamente tratada, tanto en el “Catálogo Nacional de Arte” y en el “Diccionario de Arte del Siglo XX” como en “Pintores y Escultores Taurinos” y en la monumental “El Arte en los albores del Siglo XXI”. Así pues, nos encontramos ante un pintor que goza de una amplia consideración, acorde con la magnitud de su obra, con la calidad de la misma y con su encomiable afán de superación.
     Por otra parte, no es para nadie un secreto que Martín Casado es un pintor de raíces clásicas, que siente admiración por el Renacimiento italiano y por el Barroco holandés y español. Miguel Ángel, Rembrandt y Velázquez son para él los grandes maestros de la pintura universal, la fuente donde han de beber cuantos tengan el valor de enfrentarse a un lienzo virgen.
     Piensa que el dibujo es la base de la pintura, y dice: “Yo no estoy en contra de la pintura moderna, allá cada cual con sus ideas y su forma de plasmarlas, pero no puedo compartir ciertas teorizaciones, sobretodo en el caso de la abstracción y del minimalismo”.
     Sin embargo, la constante búsqueda de formas narrativas a que ha dedicado su vida le ha llevado al terreno del impresionismo, en cuya sutileza y juego de colores ha encontrado un semillero de inspiración. Estimo sinceramente que en la utilización de los conceptos de este movimiento artístico es un magistral innovador y que solo es cuestión de tiempo que así sea admitido por los críticos y el público.
     ¡El Público! Que juzga, se emociona y valora. Lo que más le interesa, puesto que el objetivo artístico de Martín Casado es comunicar emociones: la perfección técnica es nada al lado de la capacidad de crear vínculos, de habilitar una vía de diálogo con el destinatario de su obra. Un diálogo fluido, enriquecedor para ambos, en el que el triunfador es el arte puesto que su finalidad ha sido cumplida.
     Para Martín Casado, el motor que mueve su pintura es el tesón en forma de perseverancia. Y la consecuencia es la satisfacción de quien vive una aventura y corona con éxito su peripecia por el mundo de los significados y los significantes. Además, la pintura es para él una droga dura, un vicio, una debilidad que es su fortaleza, un aliciente que es su compromiso, una manera de vivir.

Publicado en Diario Lanza el 14 de Diciembre de 2009