CRÓNICA
ONÍRICA DEL SIGLO XXI
Calumnias
Francisco Chaves Guzmán
El año 2089 llegó carcomido,
infectado. Los dirigentes del régimen de los globalizadores habían gastado
todas sus reservas intelectuales, que no eran muchas, en la búsqueda compulsiva
de un culpable de cuantos males afligían a su marchito imperio. Cabalgando una
espiral necia y paranoide, llevaban años persiguiendo a un fantasmal enemigo,
que habitaba obligatoriamente sus propios espejos.
Perdida la capacidad de mando,
perdida la facultad de modelar conciencias, perdida la confianza en sus propios
principios, los mercachifles se limitaban a especular con las grandes palabras.
Y estas, hinchadas de conceptos huecos, les explotaron frente a los ojos como
manoseados globos de colores.
Jamás se sabrá quién engendró la
idea, ni quién la alimentó, ni quién concedió el visto bueno para el parto. Lo
que sí es seguro es que este se produjo y que constituyó el último despropósito,
hasta ese momento, del Gobierno Global. Pues dieron en acordar que los
culpables de todas las desgracias sufridas eran los Espíritus Galácticos, que
no cumplían debidamente con las funciones que les correspondían y dejaban
abandonados a los habitantes del planeta Tierra.
Por razones obvias, los mencionados
espíritus no se dieron por aludidos y ni siquiera se molestaron en defenderse
de tales calumnias ni, mucho menos, en enviar una nota de protesta a la
autoridad pertinente. Lo que constituyó una gran decepción para la propia
autoridad, que contaba con un alboroto de dimensiones siderales.
Con lo que no contaron los
mercachifles fue con la evidencia de que acababan de pasar la última frontera. Que
sin los espíritus galácticos, la obra maestra de sus ingenieros sociales,
quedarían a expensas del devenir histórico. A pesar de que algunos falsos
profetas habían anunciado a bombo y platillo el fin de la Historia.
Ciudad
H7Q2 Enero
de 2101
Publicado en Diario Lanza el 30 de Septiembre de 2013