lunes, 26 de agosto de 2013

Diabólico

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
                      Diabólico
                                Francisco Chaves Guzmán

            Durante todo el año 2084 el Gobierno Global no tuvo otra preocupación que digerir el mazazo recibido con la liberación de las palabras y la recuperación de la literatura por parte de los ciudadanos. Eso sí, lo digirió muy mal. De todos es sabido que su proceso digestivo tuvo desde siempre graves problemas de comprensión de la realidad.

            Para conjurar tan tristes congojas, el ministro de Asuntos Internos alumbró la recurrente idea de buscar un chivo expiatorio a quien cargar las culpas de cuantos males asolaban al planeta y afligían a sus colegas del gobierno. Es preciso reconocer que lo encontró pronto, haciendo gala de su legendaria sagacidad: los Reideros Clandestinos abrieron durante meses todos los informativos de las plataformas televisivas. Pero, dado que su nombre era tabú, se les designó con el poético de Camarilla Diabólica, lo que nos hace lamentar que el ministro no siguiese la llamada de las dulces letras en vez de dedicarse a la amarga represión de la insurgencia.

            Pueden ustedes imaginar sin esfuerzo alguno los calificativos con que tal camarilla fue designada. Bástenos recordar que fueron acusados de todos los delitos, todas las abominaciones y todas las mendacidades que pasaron por la mente de presentadores y tertulianos, adictos todos al régimen de los globalizadores. Aún así, el ministro seguía teniendo un problema: que desconocía la naturaleza de los reideros clandestinos, que desconocía dónde estaban ubicados y que desconocía quienes militaban en ellos. Pero las risas que oía en sus terrores nocturnos habían hecho desaparecer su propia sonrisa.

            Por lo que decidió tirarse al  monte, quemar las naves una vez más y colgarse una merecida distinción. Batallones de fusileros tomaron algunas ciudades, disparando indiscriminadamente contra los descuidados transeúntes. Los miles de muertos fueron presentados ante las cámaras como integrantes de los reideros clandestinos.

            A los historiadores futuros les costará comprender que el más grave crimen que se perpetró en los reideros fue publicar el Diccionario Etimológico De Palabras Desvalijadas.
               
                          Ciudad H7Q22     Enero de 2101

     Publicado en Diario Lanza el 26 de Agosto de 2013

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