lunes, 21 de octubre de 2013

Enajenación

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
                  Enajenación
                                 Francisco Chaves Guzmán

            A comienzos del año 2092, tras la dimisión de los “señores de la guerra”, nadie del Gobierno Global sabía qué hacer. Si estos belicosos individuos, elevados a la categoría de estadistas por los mercachifles, no consiguieron tener a la población asustada y entretenida con sus arengas y bombardeos, no sólo era necesario, sino también urgente, presentar el fracaso como un éxito de alcance incalculable.

            Entonces surgió el descomunal talento del ministro de Asuntos Morales, que guió a sus derrengados colegas por el proceloso laberinto de las dudas, siguiendo el hilo de su habitual manera de entender la verdad como construcción manipulada. El ministro de Educación y Propaganda quedó perplejo ante su altura intelectual, declarándose reconocido discípulo de tan elevadas cimas de ambigüedad y falsificación.

            A los dimisionarios guerreros se les agradecieron los servicios prestados con títulos nobiliarios acordes a su rango, que podrían utilizar sus descendientes generación tras generación. Los siete Estados inventados desaparecieron de la memoria oficial, con sus banderas e himnos. Las fronteras sobrevenidas dejaron de alimentar conflictos. Los tanques y bombarderos volvieron a las secretas bases.

            Y, entonces, el ministro de Asuntos Internos, mentor de la guerra y de los guerreros, se enfrentó sonriente ante las cámaras de televisión para comunicar a todos los habitantes del planeta Tierra que las hostilidades habían llegado a su fin gracias a la generosa voluntad del Gobierno Global, a cuyos continuos desvelos se debía el triunfo de la Paz. Que la Paz, la Justicia, y la Razón eran la luz que iluminaba las mesas de trabajo de todos los ministerios. Que los sediciosos comandantes estaban detenidos y a la espera de juicio, con gravísimos cargos en su contra. Que la unidad del planeta era sagrada.

            Pero, en las casas, los receptores de televisión continuaban apagados, cada ciudadano entregado a sus aficiones, mientras el ministro hablaba solo, sólo para el aire, como un enajenado.
                                         Ciudad H7Q22  Enero de 2101

Publicado en Diario Lanza el 21 de  Octubre de 2013 

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