lunes, 22 de julio de 2013

Privacidad

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
            Privacidad
                                    Francisco Chaves Guzmán

     En el transcurso del año 2079, quemando sus naves en el desesperado intento de salvar los privilegios, el Gobierno Global decidió llevar al código penal los excesos de la privacidad. Como todo el mundo sabía, funcionarios especializados llevaban multitud de años espiando la vida de todos los súbditos, sin más freno que los límites de la tecnología que facilitaba el espionaje. Ahora se daba un paso al frente en el borde del precipicio y se convertía en delito cualquier intento de escapar a la curiosidad malsana de los cotillas oficiales, que eran muchos y de toda calaña.

     En la exposición de intenciones de la nueva ley, tras los habituales excesos verbales en relación a la grandeza de la civilización globalizadora, se dejaba fuera de toda duda que la privacidad constituía una degradación del individuo, un disolvente de las buenas costumbres, un ataque a las instituciones que velaban por la seguridad, una tradición innoble propia de sociedades salvajes, un atentado contra la necesaria cohesión social y un baremo objetivo de inadaptabilidad criminal.

     En adelante, todos los actos quedarían bajo la vigilancia del Ojo Que Todo Lo Ve: las abluciones matutinas, los desahogos carnales, los dilemas familiares, la pasión deportiva y el color del calcetín. Y también los sueños nocturnos, los sueños diurnos, las tristes aflicciones, las pequeñas alegrías y los pensamientos más creativos. En resumen, que el Gran Hermano se hacía realidad siglo y medio después de que Orwell lo retratase en una de sus novelas: los súbditos quedaban obligados a denunciarse a sí mismos si sospechaban que cualquiera de sus acciones o emociones había dejado se ser registrada.

     Afortunadamente, ya no se estaba en los tiempos en que el régimen de los globalizadores podía hacer y deshacer a sus anchas. En esta ocasión miles de millones de internautas, a la misma hora del mismo día, dirigieron su desprecio al ordenador central del régimen, que se volvió loco y quedó colapsado.


Ciudad H7Q22        Enero de 2101

Publicado en Diario lanza el 22 de Julio de 2013

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