lunes, 17 de junio de 2013

Libertad

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI

                     Libertad
                                           Francisco Chaves Guzmán

     Tal vez, al comenzar el 2074, nadie hubiese apostado a que ese año sería declarado el de la Libertad de Prensa. Ya no existían, desde mucho tiempo atrás, periódicos ni emisoras de radio, por lo que el término “prensa” se refería exclusivamente a las cadenas de televisión, que lanzaban continuamente idénticos mensajes informativos y publicitarios. Y es que ambas cosas se solapaban, pues mientras los informativos daban la impresión de ser anuncios de detergentes... los publicitarios repetían camufladas las consignas políticas que interesaban a los gobernantes. Que, no en vano, eran también, al mismo tiempo, los dueños de las empresas manufactureras y de las plataformas televisivas.

     Lo de “libertad”, por lo tanto, de ninguna manera podía referirse a los contenidos de la programación. Pues estos eran siempre los mismos, con los mismos eslóganes y los mismos designios, aunque, preciso es reconocerlo, trufados de diferentes piruetas verbales y diferentes parafernalias escenográficas. No podemos olvidar que durante el régimen de los globalizadores, casi noventa años de totalitarismo, “libertad de prensa” no significó la posibilidad de exponer cada uno sus propias ideas, sino la de elegir el nombre comercial bajo el que llegaba el mensaje unificado.

     ¿Para qué, entonces, dedicar un año a ese engendro? Con las premisas antes expuestas queda claro que los globalizadores ponían en correspondencia el grado de libertad con la cantidad de emisores del flujo informativo. Y en el año 2074 se triplicó el número de cadenas de televisión. ¿Con qué fin? Para acallar, mediante una verborrea incontenible y una ensalada de dislates el general descontento, y hasta cólera, que recorría el planeta entero.

     Vamos, que se llegó a decir que unos científicos habían clonado al mismísimo Atila y que sus hordas se disponían a esclavizar al género humano y a derrumbar los muros del Imperio. Cuando un tonto sigue una linde, la linde se acaba, pero el tonto sigue.

Ciudad H7Q22
Enero de 2101

Publicado en Diario lanza el 17 de Junio de 2013

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