lunes, 11 de agosto de 2014

Trilogía de la Fundación


ESPIRALES ELÍPTICAS
           Trilogía De La Fundación
                                                                 Francisco Chaves Guzmán

            Isaac Asimov fue profesor universitario y científico multidisciplinar en materias que abarcaban la bioquímica, las matemáticas, la sociología, la física o la historia. Y también escritor, con más de quinientas obras publicadas en géneros tan diferentes como la divulgación científica, la historia o la narrativa.
            Podríamos preguntarnos cómo llegó una persona con tan amplio curriculum y semejante formación al campo de la novela de ciencia ficción. La respuesta nos dará la clave que nos permita acercarnos a estas obras suyas limpios de prejuicios, dispuestos a seguirle en su viaje a través del Imperio Galáctico. Pues lo que hizo Isaac Asimov fue poner al alcance del lector los conocimientos que él había acumulado en torno a las ciencias naturales y a las ciencias sociales, relacionando ambos, para ofrecer una serie de pistas sobre el funcionamiento de las sociedades en el transcurso de los tiempos.
 

            Así nace la Trilogía de la Fundación, compuesta por las novelas “Fundación”, “Fundación E Imperio” y “Segunda Fundación”, punto de partida de las docenas de obras en que asistimos al nacimiento, expansión y colapso del Imperio Galáctico.
            Todo ello conforma una serie de aventuras impactantes con personajes míticos, civilizaciones que se desintegran, viajes interestelares a velocidades inconcebibles, robots con aspecto y emociones humanos, grandes migraciones en busca de mundos más halagüeños, tecnología cuyos avances asombran, teoremas matemáticos capaces de explicar las relaciones sociales y de predecir la evolución política.
            Y dentro de toda esta parafernalia tan teatral, traída para captar la atención y las ilusiones del lector, otro nivel narrativo en el que aparecen temas tan cotidianos como la manipulación a que está sometida la inmensa mayoría, la utilización de las religiones con fines políticos, las camarillas secretas que mueven los hilos económicos,  las rencillas nacionalistas como elemento de distracción, el poder aparente que sirve de tapadera al poder real, el empleo de la represión como medio disuasorio, el patriotismo  convertido en estandarte de los especuladores o la aparición sistemática del “deus ex machina”.
            La confirmación de que vasos comunicantes unen realidad y ficción.
 
Publicado en Diario Lanza el 11 de agosto de 2014 

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