lunes, 28 de julio de 2014

Amanece, Que No Es Poco


ESPIRALES ELÍPTICAS
          Amanece, Que No Es Poco
                                                             Francisco Chaves Guzmán

            Dadas las circunstancias, no es poca cosa que amanezca, aunque sea por el lugar equivocado, y deberíamos darnos por ello con un canto en los dientes. Pues tal ensalada de disparates podría tener como corolario lógico que no amaneciese, y si lo hace por el oeste bien podría ser considerado como un mal menor, incluso una bendición.
            Esta disquisición viene a cuento de la celebración del 25ª aniversario del estreno de “Amanece, Que No Es Poco”, la genial película de José Luis Cuerda que, tras unos comienzos muy dubitativos, ha ido escalando puestos en las preferencias de los espectadores hasta situarse hoy como uno de los mayores éxitos de nuestro cine.
 
 

            Dicho aniversario ha dado lugar a innumerables y laudatorias críticas retrospectivas. También a unas pocas denigratorias, que en absoluto comparto aunque sí admito, pues hay que tener en cuenta que para disfrutar de algo es preciso comprenderlo y que nuestras convicciones no se vean golpeadas por ese algo.
            Al acabar la Era de la Movida, hace veinticinco años, el solar se había convertido en una jaula de grillos, las máscaras habían devorado a sus personajes, Jauja era la patria de los analfabetos y en cualquier bancal era dado que brotase tanto un mamarracho como una fiesta tradicional. Con el paso de los años, Jauja se ha convertido en su reverso y los mamarrachos de los bancales se han agostado, con lo que la sátira terrible que es “Amanece, Que No Es Poco” cobra todo su sentido.
            ¿Cómo va a gustar la película a los puritanos que se beneficiaron del desmadre de los ochenta, a los buhoneros que venden gato por liebre, a los guardianes de las esencias petrificadas? Me impresiona esta obra de arte, a medio camino entre el esperpento y el surrealismo, con su ritmo desbocado, con sus interpretaciones gloriosas, con su malaleche desatada, con su descomunal ironía. Con toda su carga política de profundidad.
            Porque... ¿quién no ha visto en las calles de su pueblo, o de su ciudad, miles de veces, a cada uno de los personajes que pululan por la película de José Luis Cuerda?
            Y, estando las cosas como siguen, de disparate en disparate, de bancal en bancal, de esperpento en esperpento, amanece, que no es poco...
    
Publicado en Diario Lanza el 28 de Julio de 2014

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