ESPIRALES ELÍPTICAS
Otras Voces, Otros Ámbitos
Francisco
Chaves Guzmán
Truman Capote era todavía un
jovencito de veintitrés años cuando publicó “Otras Voces, Otros Ámbitos”. La
crítica literaria de los Estados Unidos acogió la novela con extraordinario
entusiasmo, augurando al escritor un porvenir reservado sólo a los más grandes
escritores, mientras el éxito entre los lectores se multiplicaba y las ventas
crecían como la espuma. Así fue, pues pronto Capote ascendió al Olimpo de los
elegidos junto a sus íntimos amigos Tennessee Williams y Gore Vidal.
Cumplido el buen auspicio de los
críticos, Truman Capote se dio a la vida relajada, más bien disoluta, olvidando
poco a poco el genio con que la naturaleza le había provisto y escribiendo lo justo
para salvaguardar el buen nombre. Pues “Desayuno en Tiffany’s” no es mucho más
que un pasatiempo y “A Sangre Fría” se queda en una crónica negra, eso sí, con
grandes recursos estilísticos y muchas dosis de morbo.
En mi opinión, sus tendencias
hiperbólicas y su desmedido histrionismo secaron la fuente de su talento.
Tennessee Williams y Gore Vidal le dieron de lado para no compartir los
escándalos, las borracheras y las desmesuras. Y él se limitó a escribir
guiones, relatos y libros de viajes sin más aplauso que el debido a su mítico
nombre.
Pero a su muerte, a los sesenta
años, dejaba para la posteridad una obra maestra, precisamente su novela de
juventud que le abrió las puertas de la fama, la prodigiosa, mágica y
envolvente “Otras Voces, Otros Ámbitos”.
¿Y qué es “Otras Voces, Otros
Ámbitos”? Pues la fusión de dos viajes paralelos, uno físico, por las calles de
un olvidado pueblo de la llamada América Profunda, y otro espiritual, hacia la
comprensión tanto de lo interno como de lo externo para fluir como una fuente límpida
entre los sucios meandros de la realidad. Un viaje iniciático, pero no como los
de Herman Hesse, cuyo final es el punto de partida, sino como una puerta
abierta que muestra las siguientes etapas del trayecto.
Hoy “Otras Voces, Otros Ámbitos” es
un libro casi escondido, casi
clandestino, por la sencilla razón de que es aún más políticamente
incorrecto que cuando se publicó a mediados de los años cuarenta del siglo
pasado.
Publicado en Diario Lanza el 14 de Julio de 2014
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