ESPIRALES ELÍPTICAS
Los Días DemoradosFrancisco Chaves Guzmán
Voces en relieve de un tiempo
fugitivo, arrecife de sueños rotos, vértigo en los márgenes del infinito, lenta
metamorfosis de un reloj de arena, caleidoscopio de posibles imposibles, ondas
sonoras de una dimensión paralela, musical silencio de los espacios infinitos,
insidias de las mentiras desahuciadas, rutilante orgía de colores, quemaduras
del clavo ardiendo del amor.
Estas son algunas de las imágenes
que me han sacudido mientras leía “Los Días Demorados”, el demorado conjunto de
poemas de Fernando José Carretero que ha sido publicado en la Colección Literaria
Ojo de Pez. Este libro luminoso debe su halo de luz a las oscuras sombras de la
fricción entre los amores y los desamores; y su inmensa capacidad para generar turbaciones
en el lector al muy maduro equilibrio entre el dolor más afinado y el orgullo
de haber perseguido el laurel.
De vez en cuando, menos veces de las
necesarias, una colección de poemas tiene la capacidad de despertar en quien lo
lee toda una serie de estremecimientos que llega a creer suyos, de trazos que
pensaba olvidados , de paisajes mentales que fueron veredas pedregosas o sendas
de arena. Y este libro lo es, tal vez porque tiene vocación de biografía y verdad,
porque arrulla la memoria con una especie de canto jubiloso y triste.
Estos antiguos poemas de un caminante
encorajinado, estas palabras póstumas de un poeta vivo, estas quemaduras
producidas por el dardo abrasador de la poesía, esta fiera recuperación de
lágrimas y gozos tiene un no sé qué de estremecida declaración de amor, de
universal declaración de guerra.
Y aparecen en ellos las extrañas
complicidades de los objetos, la indiferencia con que nos observa el tiempo,
las sombras alucinadas del ocaso, la desconcertante incomprensión de los otros,
los sorprendentes matices del ánimo, las ingeniosas modificaciones de la
perspectiva, la sucesión de secretos escritos en el agua, los espacios
kavafianos en que se demora el placer, la loca carrera de los amantes al otro
lado del espejo. Y las apenelopadas esperas de la edad madura.
En resumen, un poemario
imprescindible.
Publicado en Diario Lanza el 2 de Junio de 2014
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