lunes, 4 de noviembre de 2013

Displicencia

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
               Displicencia
                                Francisco Chaves Guzmán

            En el año 2094 hizo su aparición la displicencia, esa actitud mental que los gobernantes de todas las épocas han temido por encima de cualquier otra amenaza, pues anuncia siempre el final de lo que había sido concebido para durar eternamente. Pues la displicencia no es indiferencia ni abulia, sino un desprecio activo que pone de manifiesto la repugnancia que causa el entramado de ficciones y oropeles. Y es precisamente tal componente activo lo que socava el orden establecido.

            Pues el displicente no se salta las leyes ni organiza algaradas No se manifiesta descortés ni grosero. Se limita a mostrarse altivo mientras observa con indiferencia y distancia  las pantomimas oficiales, a sabiendas de que los decorados están a punto de derrumbarse y de que el telón caerá pronto con inusitado estrépito.

            Así que, en 2094, cuando la Policía del Pensamiento informó al ministro de Asuntos Internos sobre el descubrimiento de amplios brotes de displicencia, el pánico empezó a cundir entre los miembros del Gobierno Global. Pues los sistemas de seguridad estaban preparados para enfrentarse a la violencia, para responder a la ira, para afrontar la venganza, para sofocar motines. Pero no para competir con la displicencia.

            Porque el displicente es capaz, sin un mal gesto ni una mala palabra, de poner a los detentadores del poder enfrente de un espejo para que se vean a sí mismos tales como son. Como son en realidad, no acicalados de vanidades y lentejuelas para representar un sainete ante las cámaras de televisión.

            Y porque la displicencia es de condición sigilosa, con gran capacidad corrosiva, de efectos multiplicadores. Especialmente diseñada para mortificar, con su sola mención, a los diferentes tipos de lechuguinos petulantes, de mequetrefes grandilocuentes, de fantoches pomposos, de botarates jactanciosos, de mentecatos engreídos... La displicencia es el tañido de campana que pregona el ocaso de la autarquía.    
                                         Ciudad H7Q22  Enero de 2101
Publicado en Diario Lanza el 4 de Noviembre de 2013  

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