lunes, 25 de noviembre de 2013

Artistas

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
              Artistas
                                   Francisco Chaves Guzmán

            En el transcurso del año 2097 acabó, por fin, la tediosa y abominable travesía que las Artes tuvieron que sufrir durante el siglo de los mercachifles. Se vino abajo la noción del arte como pasatiempo para espíritus frágiles, se arrumbó la equiparación del arte a la terapia ocupacional, se extinguió una época en la que se confundía el vuelo del artista con la habilidad del artesano, se puso fin a la utilización del arte como manufactura especulativa, se dio por extinguida la facultad de los oligarcas para decidir qué considerar arte y a quién considerar artista, se terminó el tiempo en que el triunfo artístico fue el salario ofrecido a la docilidad política, a la mansedumbre, a la sumisión al dictado del sátrapa.

            Sí. Se acabó el tiempo de los diletantes que admiraban la forma más que la idea. Y de los vanguardistas que se limitaban a imitar los hallazgos de sus tatarabuelos. Y de los profetas del pasado, para quienes toda innovación era merecedora de repulsa y todo pensamiento creativo una encarnación del espíritu del mal.

            El año 2097 inauguró una época nueva. Una época en la que el artista es un centinela que aguza sus sentidos para desenmascarar los disfraces de la realidad, una nube que se desplaza como habitante de sueños universales, un acróbata en el vacío que añora lo imposible, un juguete multicolor mecido por la brisa de su propio aliento, un disparate polifónico engendrado en el lúcido desvarío, un estremecimiento capaz de hacer sonreír a las galaxias, una lágrima de felicidad en el infinito vaivén de las edades, un canto arrebatador envidiado por las sirenas, un estímulo para las estatuas de sal, una amenaza para los moradores de las sombras, una palabra.

            Sí. Una nueva época en la que el artista es un salvaje desnudo que se mueve hollando las fértiles praderas de la imaginación, accesibles a todos los humanos. A todos, puesto que allí las aptitudes no descansan sobre las habilidades materiales, sino en la capacidad de mediación entre la evidencia de la piedra y lo intangible de su murmullo.
                                                                                                            Ciudad H7Q22   Enero de 2101

Publicado en Diario Lanza el 25 de Noviembre de 2013 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Furtivos

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
                   Furtivos
                                 Francisco Chaves Guzmán

            En el año 2096, mientras la Gran Carcajada hacía temblar los muros del régimen de los globalizadores, los científicos formados en los reideros clandestinos tomaron el control de las universidades. Más de sesenta y cinco años habían transcurrido desde que fueron expulsados de ellas. Hasta que, ahora, los discípulos de sus discípulos, formados secretamente en la ilegalidad de los reideros, volvían a la luz.

            Sesenta y cinco años en que falólogos y falomantes tuvieron el monopolio de la medicina, en que a cabalistas y alquimistas se les concedió en exclusiva la enseñanza de la física y la química, en que hechiceros y videntes fueron nombrados preclaros maestros de la ingeniería, en que a pitonisos y espiritistas se les consideró matemáticos ilustres.

              Sesenta y cinco años en que el objetivo único de la educación fue instruir en la docilidad a los súbditos, a quienes, nadie sabe por qué, los libros de texto calificaban de ciudadanos. Tantas décadas en que la inmensa mayoría de la población no pudo acceder al conocimiento y a la investigación, en que la ciencia expiraba entre las mugrientas manos de unos indocumentados, en que a los mejores cerebros se les condenó a vagar entre la marginación y el subempleo, en que fueron arrumbados los grandes descubrimientos anteriores a la implantación del régimen de los mercachifles.

            Solamente en los reideros clandestinos se había mantenido viva la llama del saber, en lugares ocultos donde científicos furtivos, multiplicando exponencialmente el número de sus alumnos, consiguieron preservar y perfeccionar las teorías de los más grandes investigadores.

            Gracias a los reideros clandestinos tenemos, ahora que los globalizadores huyen en desbandada, instrumentos que nos permitirán ahondar en el conocimiento de las cuestiones claves para los humanos, tanto en las ciencias sociales como en las físicas. Sin moralina, sin cortapisas, sin fronteras, sin inquisidores, sin farsantes.
                                                                                                            Ciudad H7Q22  Enero de 2101

Publicado en Diario Lanza el 18 de Noviembre de 2013  

lunes, 11 de noviembre de 2013

Tsunami

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
                   Tsunami
                                Francisco Chaves Guzmán

            El día dos de enero del año 2095, al amanecer, comenzó a sonar la Gran Carcajada. Al principio, en los despachos y pasillos de los ministerios se tomó el estrépito con un guiño de complicidad y cierta condescendencia. Pues se pensó que algún advenedizo de octavo rango había inventado un nuevo festejo tradicional. Como tradicional era ya el hecho de inventar tradiciones milenarias para tener entretenida  a la plebe.

            Pero, con el paso de las horas, al ver que la Carcajada aumentaba de intensidad en vez de irse apagando paulatinamente, cierta sospecha, algo de intranquilidad, una sensación de alarma activó los mecanismos de seguridad de los guardianes del orden, de las buenas costumbres, de las esencias momificadas.

            Dos días más tarde, el ministro de Asuntos Prohibidos prohibió al aire transportar las ondas sonoras que propagaban la Carcajada. Y, dado que se obtuvo la desobediencia por respuesta, el ministro de Asuntos Internos ordenó a la policía del pensamiento dispersar las ondas sonoras a tiros. Pero el jefe de la policía arguyó que su responsabilidad era el etéreo pensamiento, no las fuerzas físicas de la naturaleza. Así que fue fusilado, al atardecer, en su propio despacho.

            En las semanas siguientes, la inicial alarma se convirtió en pánico cuando las camarillas de los mercachifles comprendieron que, esta vez, la diabólica risa no era producida por ningún artilugio mecánico, como el que inventaron en los reideros clandestinos en el año 2033, sino que salía espontáneamente de las gargantas de todos los habitantes del planeta. Que se reían de ellos, de quienes habían detentado el poder omnímodo durante cerca de un siglo, de quienes habían cercenado todo asomo de libertad, de quienes habían masacrado y esclavizado a la población, de quienes instituyeron la dictadura más perversa que vieron los tiempos.

            Y entonces comprendieron que todo eso estaba a punto de terminar, que la Gran Carcajada triunfaba con la fuerza de un tsunami.
                                  Ciudad H7Q22  Enero de 2101

Publicado en Diario Lanza el 11 de Noviembre de 2013  

lunes, 4 de noviembre de 2013

Displicencia

CRÓNICA ONÍRICA DEL SIGLO XXI
               Displicencia
                                Francisco Chaves Guzmán

            En el año 2094 hizo su aparición la displicencia, esa actitud mental que los gobernantes de todas las épocas han temido por encima de cualquier otra amenaza, pues anuncia siempre el final de lo que había sido concebido para durar eternamente. Pues la displicencia no es indiferencia ni abulia, sino un desprecio activo que pone de manifiesto la repugnancia que causa el entramado de ficciones y oropeles. Y es precisamente tal componente activo lo que socava el orden establecido.

            Pues el displicente no se salta las leyes ni organiza algaradas No se manifiesta descortés ni grosero. Se limita a mostrarse altivo mientras observa con indiferencia y distancia  las pantomimas oficiales, a sabiendas de que los decorados están a punto de derrumbarse y de que el telón caerá pronto con inusitado estrépito.

            Así que, en 2094, cuando la Policía del Pensamiento informó al ministro de Asuntos Internos sobre el descubrimiento de amplios brotes de displicencia, el pánico empezó a cundir entre los miembros del Gobierno Global. Pues los sistemas de seguridad estaban preparados para enfrentarse a la violencia, para responder a la ira, para afrontar la venganza, para sofocar motines. Pero no para competir con la displicencia.

            Porque el displicente es capaz, sin un mal gesto ni una mala palabra, de poner a los detentadores del poder enfrente de un espejo para que se vean a sí mismos tales como son. Como son en realidad, no acicalados de vanidades y lentejuelas para representar un sainete ante las cámaras de televisión.

            Y porque la displicencia es de condición sigilosa, con gran capacidad corrosiva, de efectos multiplicadores. Especialmente diseñada para mortificar, con su sola mención, a los diferentes tipos de lechuguinos petulantes, de mequetrefes grandilocuentes, de fantoches pomposos, de botarates jactanciosos, de mentecatos engreídos... La displicencia es el tañido de campana que pregona el ocaso de la autarquía.    
                                         Ciudad H7Q22  Enero de 2101
Publicado en Diario Lanza el 4 de Noviembre de 2013