ESPIRALES ELÍPTICAS
Cómo Se Comenta Una Obra de TeatroFrancisco Chaves Guzmán
Cabría comenzar preguntándose: ¿Por
qué razón el libro que hoy nos ocupa lleva por título “Cómo Se Comenta Una Obra
De Teatro”? Y la razón para efectuar tal pregunta es que su contenido va mucho
más allá de lo que tal título parece abarcar.
Ya que, en efecto, un periodista de
la sección cultural o un estudiante de filología bien pueden servirse de este
formidable ensayo de José Luis García Barrientos para pulir sus críticas o
recensiones a la hora de valorar una representación o un texto teatral. Pero el
libro recoge tantas ideas e informaciones sobre el teatro en su conjunto que
difícilmente podemos admitir que se limite a ser una guía para especialistas en
esas áreas.
También podría llevar por nombre
“Cómo Escribir Una Obra De Teatro” si el autor, filólogo de profesión, hubiese pretendido
inmiscuirse en el trabajo de los dramaturgos, pero, respetuoso con estos, no se
atrevió a dar lecciones a nadie.
Incluso no sería desacertado el
título de “Cómo Ver Una Obra De Teatro”, a lo que García Barrientos seguro que
renunció para evitar que cualquier espectador le respondiese que en asunto tan
personal no existen verdades absolutas.
Así que, atrincherado en el “Cómo Se
Comenta” para no levantar suspicacias, lleva a cabo una magnífica disección de
la totalidad del hecho teatral, disección que ningún involucrado en el mismo debería
dejar de lado, incluidos el espectador y el lector.
Porque... ¿qué es lo adecuado, el teatro
del gesto, el teatro del grito o el teatro de la palabra?, que preguntaría de
forma insidiosa el propio Pasolini. Y, para desatar este nudo gordiano, García
Barrientos emplea sus armas intelectuales, que son numerosas, indicando con
precisión geométrica el lugar que a cada uno y a cada cosa le corresponde. De
tal manera que autor, director, actores, tramoyistas, técnicos y espectadores
sepan con seguridad qué es teatro y qué no lo es, para qué sirve y para qué no
servirá jamás.
Nadie debería participar en una
representación teatral sin tener a mano un tratado tan lúcido y exhaustivo como
este, al que yo me permito poner como ejemplo, aún a sabiendas de constituir un
paradigma más entre los existentes, pero un paradigma nuevo, preciso, lúcido, armonioso
y brillante.
Publicado en Diario Lanza el 25 de Agosto de 2014