lunes, 30 de noviembre de 2009

El Realismo Abstracto

   

ESPIRALES ELÍPTICAS
                   El Realismo Abstracto
                                             Por: Francisco Chaves Guzmán

     Ocurre a veces, y esta es una de ellas, en que la fortuna se alía con alguien para ayudarle a descubrir lo oculto, para desvelarle la existencia de cosas, personas o sucesos que merecía la pena conocer.

     Así es como, gracias al azar —cuyo empeño en sorprender y transformar es universalmente notorio—, supe hace unas semanas que Ángeles María Aranda era persona merecedora de atención y artista con múltiples recursos. Fue en el transcurso del Festival de Cine de Ciudad Real —que con tanto acierto ha dirigido Álvaro Vielsa— que asistí a la proyección de un cortometraje de Ángeles Aranda, “Experimentación Sensorial”, un videoarte sin argumento que expresa a través de la imagen la panoplia de sensaciones que el ser humano puede percibir a través de todos los sentidos. Con una fotografía cuidadísima, un montaje muy efectivo y una gran delicadeza, “Experimentación Sensorial” constituía un cine nuevo, arriesgado, trufado de emociones intensas, lleno de valentía.
     Era necesario conocer a Ángeles Aranda, su directora.
     De una juventud resuelta y contundente. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. Natural de Bolaños de Calatrava. Culta y refinada, con una comprobable aureola intelectual. Este podría ser su retrato, si lo elaboramos de manera sucinta, con pinceladas contundentes y efectos sólidos, a la manera de los iconoclastas impresionistas. Las sutiles insinuaciones de la materia de los sueños y la transformación paulatina de los límites de los objetos son ya obra de la directora.
     He visto durante los últimos días otros tres cortometrajes realizados por ella. “Revelación” es obra de ficción en la que muestra un asesinato cometido en el castillo de los Calatravos hace siete siglos. Muy lograda en el plano técnico, cuenta con excelentes interpretaciones y un ritmo trepidante. “In-Tetuán” es un documental sobre la inmigración, elaborado con atención a las diversas posiciones ideológicas y de una factura exquisita. “El despertar del sueño” es un descenso al infierno de la violencia de género, a través del fotomontaje.

     Pero no todo es cine en esta realizadora que se declara subyugada por las películas de Alejandro Amenazar y David Linch. Ángeles Aranda es artista de múltiples facetas, una intelectual multidisciplinar que necesita diferentes medios expresivos para poner de manifiesto sus sentimientos, dudas y certezas. Para gritar su desolación. Para clamar contra la marginación y la injusticia. Para luchar por una sociedad abierta y tolerante. A sus veinticinco años es una mujer comprometida, rebelde, que utiliza su trabajo artístico como fuerza emancipadora.
     Por eso, como fotógrafa, utiliza reflejos y disonancias que aplica al retrato psicológico con el fin de destacar los rasgos de personalidad más esclarecedores. Y una intermitencia entre realismo y abstracción que ayuda a poner de relieve las contradicciones y trampas que acechan por doquier. Puesto que piensa que el arte es, ante todo, comunicación, sus fotografías son discursos sobre la naturaleza humana.
    También dice que en el arte se produce un bucle entre la frustración creativa y la creatividad frustrante en el que se haya la energía que pone en funcionamiento la maquinaria de la producción artística. Según ella, su trabajo como pintora, que liga realismo y surrealismo, depende fundamentalmente de esa fuerza generadora. Cuyos resultados están determinados por influencias de Velázquez, Monet y Kandinsky.
     Alguien de espíritu tan combativo tenía, asimismo, que navegar por las bravas aguas de la literatura, donde le gusta pacer en las ubérrimas novelas García Márquez y Paul Auster. Sus cuentos y guiones cinematográficos beben de estas fuentes. Y, como poeta, sus versos libres aúnan torbellinos de fuerza con delicadezas al límite.
     Esta es la Ángeles Aranda que el Primer Festival de Cine de Ciudad Real me ha permitido conocer. Aunque solo fuese por ello, ya habría valido la pena la existencia del Festival. No ha sido premiada, pero tal cosa carece de importancia, porque los premios suelen ser consecuencia de la oportunidad y la suerte.


Publicado en Diario Lanza el 26 de Noviembre de 2009

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